“Ya estoy viejo para aprender inglés”
Cuando un ser humano se enfrenta a un desafío que nunca logró superar, o un sueño que nunca logró cumplir, utiliza una frase en la cual atribuye a factores externos la responsabilidad de no haber cumplido con dicha tarea: “Ya estoy viejo para…” En ese momento, nos convencemos a nosotros mismos de que somos incapaces de llevar a cabo un aprendizaje por el simple hecho de que el motivo detrás, en nuestra mente, es un factor que no podemos controlar. ¡Cómo nos engañamos! He analizado este tema y considero que el principal motivo es quitarnos de alguna manera el mea culpa relacionado a sueños frustrados que nunca logramos cumplir. Hoy quiero desmitificar la frase “Ya estoy viejo para aprender inglés,” porque la considero extremadamente dañina e increíblemente falsa.
¿Es la edad sólo un número?
No, no es mi intención pretender que el tema de la edad no repercute en la decisión de aprender o mejorar un nuevo idioma, porque lo hace indiscutiblemente. Siempre escuchamos que los niños son como esponjas y por eso les resulta sencillo aprender cosas nuevas. Pero, ¿se han detenido a pensar por qué el niño es una esponja y los adultos no? Muy sencillo. Al estar descubriendo el mundo recién, los niños tienen una curiosidad muy alta y les excita cada mínimo descubrimiento, sin importarles cuántas veces se equivoquen hasta lograr lo que quieren conseguir. Lamentablemente, mientras vamos creciendo empezamos a perder esa excitación que producen los aprendizajes nuevos y preferimos quedarnos en nuestra zona de confort que arriesgarnos para seguir creciendo. Eso solo se traduce en excusas. Nos llenamos de justificaciones para dejar de hacer una cosa u otra (por más de que nos emocione la idea) con frases como “Yo soy malo para…”, “No sirvo para eso”, “Ya estoy viejo para…”. Nos lo creemos y lo más irónico es que luego empujamos a nuestros hijos y nietos a hacer aquello a lo que nosotros nunca nos atrevimos.
¿Lo necesitas?
Creo que la mejor manera de evaluar si vale la pena aprender un tema nuevo o entrenarnos en una nueva habilidad es preguntarnos si lo necesitamos. Hoy, en este momento de tu vida, ¿lo necesitas? ¿te hace falta? ¿te gustaría? Si es algo que siempre postergaste y quisiste, muy probablemente la respuesta a estas preguntas es sí. Entonces, ¿qué esperas? Siempre he creído que la vida termina en el momento en el que uno deja de aprender cosas nuevas. Proponernos nuevos retos y enfrentarnos a situaciones incómodas es lo que nos mantiene en un constante crecimiento.
Mejor “tarde” que nunca
¿Qué es tarde? Morgan Freeman empezó a ser reconocido a los 50 años, ganando su primer Oscar a los 67. Seguro que si él hubiese pensado que estaba viejo para ser actor de Hollywood, se rendía mucho antes de haber logrado algo significativo. Como este, hay múltiples casos de personas que han conseguido cumplir sus sueños a una edad “tardía”. Yo diría que en cualquier caso fue la edad ideal. Creo que cada ser humano tiene un proceso distinto, y siempre es el día correcto para tomar la decisión de ir tras nuestros sueños. Si hoy estás vivo, tienes salud y el privilegio de poder pensar en cumplir un sueño, hoy es tu día. Por una vez no pongas excusas y atrévete a crecer y ser más feliz. Hazte orgulloso y logra tus metas.
Dicho esto, si tienes entre tus pendientes aprender inglés, asegúrate de que lo hagas con un programa adecuado para ti. Investiga y busca lo que te haga sentido y sientas que te vaya a motivar a lograr los resultados que esperas. Teniendo 13 años de experiencia en el sector, te puedo asegurar que encontrar el método apropiado puede cambiar completamente tu experiencia. Recuerda que aprender inglés no es apuntarse en una clase y esperar que las cosas pasen, es cambiar tu estilo de vida.
